El inicio de las bitácoras está unido a uno de los gurús de Internet: Tim Berners-Lee. Este investigador británico está considerado como uno de los padres de Internet y curiosamente también se le considera como uno de los pioneros en la creación de blogs. En 1992 publicó un diario digital en el que iba anotando los progresos del World Wide Web. Este seminal blog se llamaba What´s new in ‘92 y se puede considerar como el padre de la blogosfera aunque obviamente estaba muy lejos de ser como en la actualidad son los blogs. What´s new in ’92 se limitaba a dar a conocer los avances y los hitos más destacados que se iban produciendo en el desarrollo de lo que luego se ha conocido como Internet. Este diario tenía un diseño muy sencillo: poseía un único tipo de letra, los colores utilizados eran sólo el blanco y el negro y no aportaban ningún tipo de imágenes, tan sólo unos hipervínculos.
Las posibilidades comunicativas que abría el World Wide Web no pasaron inadvertidas para sus primeros usuarios, que eran aún unos cuantos especialistas en la materia, y comenzaron a surgir diarios digitales de variado contenido. Estos diarios tampoco se pueden considerar blogs tal y como hoy conocemos este concepto, pero sí que suponen un primer paso importante para el posterior desarrollo de esta herramienta comunicativa. Protoblogs (si se me permite el neologismo) como los de Justine Hall o John Carmack no pasaban de ser anotaciones organizadas de manera cronológica en sus webs.
El desarrollo inicial de los blogs fue lento, pero encontramos el primer hito importante para su consolidación en la acuñación del término “weblog” por parte de Jorn Barger en 1997. Esta acepción une en inglés las palabras “web”, acortamiento de world wide web, y “log”, diario en este idioma. Poco después la palabra “weblog” sufrió un acortamiento hasta el definitivo término “blog”. De esta palabra han surgido derivados posteriores como el verbo “bloguear” o el sustantivo “bloguer”, que se refiere al usuario de un blog. En nuestro país se utiliza además del término anglosajón el más hispano “bitácora”, que hace referencia a los cuadernos de bitácora en los que los navegantes apuntan los pormenores de sus viajes por mar.
A comienzos de la década del 2000 los blogs fue creciendo no sólo el número de blogs que se iban creando, sino también su importancia. Poco a poco y conforme fueron ganando lectores los bloguers se convirtieron en líderes de opinión en muchos países. La respuesta positiva de un gran número de internautas hacia los bloguers, gente que hablaba con un lenguaje cercano y que permanecían fuera de los tradicionales círculos de poder, inquietó tanto a los políticos como a los grandes medios de comunicación. La trascendencia que muchos de estos blogs tenían en la vida política de algunos países, especialmente en Estados Unidos, hizo que los grandes partidos optaran por utilizar esta nueva herramienta de comunicación para llegar de manera más eficaz a sus votantes. Los medios de comunicación veían como iban perdiendo poder en la distribución de la información por lo que optaron por la máxima de si no puedes con el enemigo únete a él. Esta táctica se adoptó no sólo con los blogs, que comenzaron a proliferar en las ediciones digitales de los distintos periódicos, sino también con los bloguers de referencia, que recibieron suculentas ofertas para abandonar su amateurismo e integrarse en las filas de los grandes grupos mediáticos.
Las últimas tendencias del fenómeno blog nos hablan de una variedad cada vez mayor de tipos de blogs que utilizando las nuevas tecnologías diversifican su propuesta; estaríamos ante los fotoblogs, videoblogs o podcasts. En lo que se refiere al crecimiento de los blogs éste sigue siendo exponencial gracias a que son cada vez más los internautas que visitan las bitácoras para informarse o para entretenerse y que se deciden a lanzar su propio blog.
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